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Discover Eat consagra la gastronomía como bisagra de unión entre sector primario y turismo para potenciar las zonas rurales

Discover-Eat, Congreso Internacional de Turismo Gastronómico no urbano, ha concluido hoy en Campo de Criptana poniendo de manifiesto que la necesidad de posicionar turística y gastronómicamente las zonas rurales no debe implicar la desaparición de la propia identidad de estos entornos. Tal como comentaba el director del congreso, Benjamín Lana, durante su clausura “el reto es mantener el balance de la vida rural y no convertirla en un museo, porque lo mejor de estas zonas es la autenticidad y eso pasa porque siga viviendo gente en los pueblos”.
Autenticidad ha sido seguramente la palabra más repetida durante todo el congreso y es que, como ha quedado patente después de las intervenciones de expertos de sectores como el turismo, la gastronomía, la enología, el lujo o el mundo digital, es la originalidad y la excepcionalidad de la vivencia auténtica lo que puede posicionar las áreas rurales en el mapa del turismo gastronómico. Y para conseguirlo, según se ha desprendido de estos tres días de debate, sector primario y turismo deben ir de la mano con la gastronomía como herramienta de unión entre ambos sectores. “Construir desde la transversalidad”, tal como han puesto de manifiesto cocineros, bodegueros, administraciones públicas, expertos en turismo y en visibilidad digital. Pero hacerlo con un relato bien construido, en el que cada propuesta explique una historia, un territorio, una cultura y una tradición. Es decir, no subestimar la importancia del storytelling.
Uno de los sectores que mejor ha comprendido la importancia de ese relato ha sido el del enoturismo. El sector del vino fue el primero en entender la relevancia de la experiencia del mundo rural abriendo sus bodegas al visitante pero con el pasar de los años, y justamente para que esa experiencia mantenga su originalidad, se tienen que buscar nuevos activos para seguir potenciando esas visitas al mundo rural. De eso ha versado la primera mesa redonda de hoy en la que han participado varios bodegueros del país, como Francisco Fernández (CEO Bodegas Pago de La Jaraba, Villarobledo, Albacete); Santiago Vivanco (propietario de Bodegas Vivanco, Briones, La Rioja); Lucía Fernández Rivera (CEO de Familia Fernández Rivera, Pesquera de Duero, Valladolid) y Rosa Melchor, presidenta de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) y de Rutas del Vino de España. Para esta última, los principales retos a los que se enfrenta el sector son “la promoción, la comercialización, la digitalización y la formación”; a los que Francisco Fernández añadía el de “atraer al turista internacional al entorno rural porque si lo conseguimos se dará un salto cualitativo muy importante”. Coincidían sus compañeros de mesa con esta visión pero también alertaba el propietario de Bodegas Vivanco de la necesidad de “no caer en la tentación de la masificación” porque, en palabras de Lucía Fernández, “las rutas del vino no son solo una vía de negocio, son una manera de conocer nuestra historia y la gente que hay detrás del mundo de vino” y ese valor no se puede desvirtuar porque perdería todo el sentido.
Cómo se llega al restaurante rural
Construido el relato -basado siempre en esa autenticidad del origen- es necesario darlo a conocer, promocionarlo y llegar al potencial visitante. Gran parte de la jornada de cierre del primer Discover-Eat se ha dedicado justamente a responder a esa demanda.
En este sentido, Juan Monzón, consultor experto en nuevas tecnologías aseguraba que este sector “es un canal ideal para diferenciarte, ser único y generar valores” y ponía como ejemplo algunos de los nuevos caminos de futuro que pasan por “ la hiper personalización de los viajes, el uso de lenguajes adaptados a cada generación y perfil de turista o la utilización de tecnologías exponenciales como la IA, la realidad virtual y la aumentada y las herramientas inmersivas tanto antes el viaje, como en el durante y después”.
Monzón proponía desde la óptica del destino y Matija Babić, creador y CEO de Taste Atlas (Zagreb, Croacia), ofrecía también soluciones destinadas al visitante para ayudarle a preparar esa experiencia. Desde su web TasteAtlas, Babić propone un “mapa alimentario global interactivo en el que catalogamos todas las comidas del mundo (cerca de 20.000), las valoramos y verificamos, contando con un equipo experto”. Una manera de acceder a la experiencia de muchos otros viajeros preservando por encima de todo “lo tradicional, porque es la comida de cada lugar la que lo hace especial y único”.
Se añadía al debate la mesa redonda en la que han participado la periodista italiana especializada en turismo y gastronomía digital Anna Bruno; Francisco Castro, CEO de Adentity; la cocinera y creadora de contenidos Clara Pérez Villalón; y Samuel Moreno, chef de El Molino de Alcuneza* (Sigüenza, Guadalajara). De sus reflexiones se ha demostrado que el primer paso, como aseguraba Moreno es que “la imagen se debe construir en el origen y luego proyectarla” y hacerlo en base a “involucrar a la población y promocionando no tanto la cocina regional sino la local”, en palabras de Anna Bruno. Francisco Castro y Clara Pérez Villalón, por su parte, afirmaban la importancia de no desestimar las oportunidades que ofrece el mundo digital y Pérez Villalón auguraba que en un futuro cercano “es el propio cocinero el que se convertirá en el creador de contenido y marca de su restaurante”.
El broche de oro de la jornada lo han puesto los cocineros cántabros Nacho Solana (Restaurante Solana*, Ampuero) y David Pérez (Ronquillo, Ramales de la Victoria), quienes han actuado de embajadores gastronómicos del Alto Asón. El presidente de la Mancomunidad del Alto Asón Jesús Ramón Ochoa, quien les ha acompañado, ha agradecido el papel de la gastronomía en la economía de la zona, ya que “el Valle del Asón era el gran desconocido de Cantabria y gracias al trabajo de Nacho y David eso está cambiando”. Una tarea que ambos chefs han coincidido en afirmar está también en la mano de los visitantes de la zona, que “son los mejores embajadores de nuestro valle”.