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Desafíos y oportunidades del turismo gastronómico en Francia

Elise Botiveau, embajadora de la World Food and Travel Association, presentó una visión integral sobre el estado actual y las perspectivas futuras del turismo gastronómico en Francia. Comenzó destacando que, a pesar de que Francia sigue siendo el país más visitado del mundo con más de 90 millones de turistas anuales, solo 13 millones de estos visitantes buscan específicamente experiencias gastronómicas. Esto pone de manifiesto la necesidad de reevaluar cómo se promueve el turismo gastronómico en el país.
Abordó la rica herencia culinaria de Francia, que ha influido en la gastronomía global desde el siglo XV, y mencionó el concepto de "gastro-diplomacia", que utiliza la comida como herramienta para mejorar la reputación internacional de Francia. También hizo hincapié en la importancia de los reconocimientos de la UNESCO, que han contribuido a la visibilidad de la gastronomía francesa en el escenario mundial.
Sin embargo, a pesar de estos activos, advirtió que Francia ya no es el líder indiscutible en turismo gastronómico, enfrentando una competencia creciente de países como México y España. Por ejemplo, Roma ha sido reconocida como el principal destino gastronómico por TripAdvisor, superando a ciudades francesas como París.
También exploró las tendencias emergentes hacia el turismo rural y lento, especialmente en el contexto post-pandemia, donde los viajeros buscan experiencias más auténticas y conectadas con la naturaleza. Sin embargo, se identificaron desafíos significativos, como la escasez de mano de obra en las áreas rurales y la necesidad de prácticas sostenibles para revitalizar estas regiones.
Subrayó la importancia de la digitalización y la inteligencia artificial en la mejora de las experiencias turísticas, sugiriendo que estas herramientas pueden facilitar tanto el acceso a la información como la interacción con los profesionales del sector. Además, propuso un cambio de enfoque en el turismo gastronómico, sugiriendo que la experiencia debe ir más allá de simplemente comer, promoviendo el "comer por cultura", donde los visitantes aprenden sobre la historia y la cultura a través de la comida.
Finalmente, presentó ejemplos exitosos de festivales, como el festival Upper Noir en el norte de Francia, que combina la historia local con la gastronomía, demostrando cómo se puede reinventar el turismo gastronómico al integrar la identidad cultural de una región. Botiveau concluyó enfatizando la necesidad de involucrar a las comunidades locales y recopilar datos sobre los visitantes para desarrollar narrativas efectivas que resalten la riqueza del turismo gastronómico en Francia.